miércoles, 27 de octubre de 2010

A pleno sol

Recordando El talento de Mr. Ripley
Un buena mañana de finales de octubre zarpamos, como de costumbre siempre que el tiempo lo permite. Brisa suficiente, ráfagas de pequeñas gotas sobre el rostro, olor a salitre, el sol calentando lo justo. Exultante el sentimiento de vida y una tremenda sensación de libertad. Frente a nosotros la costa con tenues veladuras de azul en los montes que bajan rodeando el pueblo. La música en sordina de Chet Baker acompañada del agua que va rompiendo en la proa y el leve crujido de las maromas.

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